Seguridad y salud en los trabajos con amianto

El amianto es un material que, desde sus inicios, constituye un riesgo para la salud de las personas, ya que está compuesto por una serie de fibras que si se introducen en el organismo pueden provocar diversas enfermedades, la mayoría relacionadas con el cáncer. Estas fibras son imperceptibles al ojo humano porque tienen un tamaño microscópico y no desprenden ningún olor característico con el que se puedan identificar. Además, es difícil reconocerlas y ver sus consecuencias a corto plazo ya que sus efectos letales pueden producirse hasta pasados 40 años desde la exposición. Su gran uso se debe principalmente a las propiedades del amianto:
- Resistencia a la tracción.
- Flexibilidad.
- No se degrada químicamente ni térmicamente.
- Resistencia eléctrica.
- Capacidad de aislamiento.
- Posibilidad de ser tejidos.
- Ignífugos y casi indestructibles.
Por todo ello, debido a su alto rango de fortaleza, las multinacionales del asbesto nombraron a sus empresas a nivel mundial como Eternit, haciendo referencia al material eterno que estaban comercializando.
Los principales perjudicados en este aspecto siempre han sido los trabajadores, las personas que han vivido y manipulado diariamente el fibrocemento. Incluso sus familiares, por la indumentaria incorrecta que estos llevaban en las horas de trabajo que posteriormente eran introducidas en los hogares sin ningún tipo de limpieza, lo que ha generado víctimas pasivas del amianto a lo largo de los años.
De esta manera, los daños producidos por el asbesto son sobre todo laborales lo que implica la repercusión de las normas de prevención de riesgos laborales. En España, respecto al amianto, existen dos normativas vigentes que operan para promover el trabajo seguro, saludable y digno. Estas son:
- Ley de Prevención de Riesgos Laborales 31/1995
- Real Decreto 396/2006 por el que se establecen las medidas mínimas de seguridad y salud aplicables en los trabajos con amianto.
Tras la gran incidencia de enfermedades ocasionadas por el asbesto probadas, entra en acción otra normativa conocida como Ley General de la Seguridad Social 35/2014 en relación con las enfermedades profesionales. De hecho, las enfermedades respiratorias vinculadas a la manipulación del amianto se incluirían dentro de los riesgos profesionales, y más concretamente, dentro de las enfermedades profesionales. En concreto, las dolencias reconocidas como tal en relación a la exposición de fibrocemento son: la asbestosis, las afecciones fibrosantes de pleura y pericardio, el mesotelioma, la neoplasia maligna de bronquio y pulmón, y el cáncer de laringe.
De este modo, los pasos a seguir para cuidar la seguridad y salud en los trabajos con amianto pueden ser los siguientes:
- Líneas de vida para evitar accidentes laborales a la hora de retirar, cambiar, quitar, sustituir o desmontar amianto.
- Equipos de protección de trabajo para prevenir enfermedades profesionales compuestos por:
- Monos desechables.
- Mascarillas auto-filtrantes FFP3 desechables o de filtro de partículas P3.
- Guantes.
- Botas de seguridad antideslizantes.
- Cabina de descontaminación.