Las consecuencias de la exposición a fibras de amianto

Hoy en día el amianto es uno de los materiales más conocidos, desafortunadamente, por los efectos que puede ocasionar en la salud de las personas que manipulan y trabajan con asbesto. Desde el año 2002 el amianto está prohibido en España, pero en la actualidad siguen existiendo grandes cantidades de materiales que lo contienen. Es por ello que conlleva un gran riesgo para la salud de los trabajadores que intervienen para su eliminación o sustitución y pueda dar lugar a desarrollar alguna enfermedad. Por tanto, el amianto es un material contaminante que debe ser cada vez más conocido, evaluado y controlado adoptando sus correspondientes medidas preventivas.


El problema del amianto se debe a su friabilidad, es decir, disgregarse o reducirse a polvo según envejece o se deteriora, pudiendo inhalarse con facilidad en el momento de su manipulación. En concreto, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) las fibras de amianto respirables peligrosas presentan las siguientes propiedades:

  • Una longitud mayor de 5 micrómetros porque los mecanismos de defensa del pulmón no pueden eliminarlas.
  • Un diámetro menor de 3 micrómetros ya que es cuando empiezan a ser respirables.


En consecuencia, la inhalación de fibras de amianto causa graves efectos para la salud, sobre todo en el ámbito cancerígeno tal y como se recoge en el listado de enfermedades profesionales. Además, son denominadas graves e irreversibles ya que casi siempre son mortales o reducen considerablemente la calidad de vida.


¿Qué enfermedades pueden provocar las fibras de amianto?


Las principales enfermedades reconocidas por exposición al amianto son:

  1. Asbestosis predominada por la fibrosis pulmonar.
  2. Neoplasia maligna de bronquio y pulmón.
  3. Mesotelioma de pleura y peritoneo.
  4. Enfermedades pleurales benignas: placas pleurales, fibrosis difusa y derrames.


También existen casos en los que diferentes trabajadores han desarrollado otras tipologías de cáncer, en concreto, las que afectan a la laringe, ovarios o zona gastrointestinal.

 
Por estas razones, la prevención cobra un papel fundamental para luchar contra estas enfermedades o consecuencias producidas por el asbesto en las exposiciones de los trabajadores a dicho material.