Impactos del amianto sobre el medioambiente

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El amianto no es un material fabricado por el ser humano sino que procede del medioambiente que nos rodea, en concreto, de un mineral fibroso del grupo de los silicatos.

Los lugares de donde más se ha extraído amianto, y que por tanto, han sido las principales zonas naturales de este mineral, son: Rusia, Canadá, Sudáfrica, Zimbabue y China. A priori, el proceso de extracción ya produce un impacto medioambiental ya que se altera la formación de las montañas que generan o tienen de forma autóctona el mineral de amianto. Esto se debe a la transformación de las áreas para facilitar la creación de una mina, así como los caminos de transporte para trasladar el asbesto.

Una vez extraído, el amianto tras ser manipulado origina fibras que pueden quedar suspendidas en el aire, tierra o agua por un largo período de tiempo. Un riesgo para la salud de las personas y el medioambiente ya que el asbesto es indestructible, una de sus grandes propiedades que provoca que no se evapore ni se disuelva. Esto origina contaminación en el ambiente, pudiendo causar enfermedades, en especial, las más mortíferas del mundo ya que no tienen cura. Además, su detección es difícil dado que la dolencia puede generarse hasta pasados 35 años desde la exposición, tal y como indica el neumólogo, Josep Tarrés.

Posteriormente, en el momento de la retirada y gestión del amianto, los residuos resultantes tienen que ser debidamente empaquetados y depositados en vertederos homologados para no emitir polvo de amianto a la atmósfera. Un hecho que tiene pena de delito contra los recursos naturales y el medioambiente según el artículo 325 del Código Penal. Asimismo, hay que tener en cuenta que solo las empresas incluidas en el Registro de Empresas con Riesgo de Amianto (RERA) y tengan aprobado un Plan de Trabajo pueden realizar los trabajos de retirada o sustitución del asbesto. Esto se debe a su toxicidad, donde los trabajadores que manipulen el material tienen que llevar equipos de protección adecuados para prevenir cualquier exposición.

Aspectos positivos

En algunas ocasiones el amianto también puede contribuir para favorecer al planeta. Especialmente para reducir el cambio climático mediante investigaciones de cómo acelerar,a partir de asbesto reciclado e inerte, el ciclo natural del carbono para evitar las grandes emisiones de CO2 que actualmente la Tierra está sufriendo. Desde Estados Unidos se ha comprobado que el fibrocemento puede generar minerales de carbonato de magnesio, capaces de bloquear o disminuir el dióxido de carbono en la atmósfera. 

De esta manera, desde Amisur junto a la Universidad de Málaga estamos llevando a cabo en España un proyecto investigatorio para conseguir la valorización del amianto. Un objetivo para beneficiar al medioambiente y paliar los graves daños que este material lleva causando desde hace décadas.