¿Hace falta retirar todo el amianto?

Tal y como afirma la Asociación Española de Demolición, Descontaminación, Corte y Perforación (AEDED), la existencia de materiales con amianto no supone proceder a retirarlos obligatoriamente. La vida útil del amianto tiene alta durabilidad por lo que no llegando al final de su vida no tienen porqué ser peligrosos o suponer un riesgo. En el caso de encontrar amianto en mal estado sí debe ser retirado para prevenir la salud y el medioambiente.

Por lo general, hay que descontaminar cuando se procede a la retirada de amianto, bien sea por su friabilidad, estado, necesidad de manipularlo o porque son un riesgo para las personas, animales o la naturaleza. Dicha retirada y descontaminación tiene que llevar a cabo un proceso especial de aislamiento, retirada y acondicionamiento para minimizar el peligro de los trabajadores que van a realizar la actividad. Este proceso consta de varias fases:

    1. Planificación del trabajo.
    2. Aislamiento de la zona afectada.
    3. Retirada de los materiales con amianto.
    4. Descontaminación y limpieza.
    5. Acondicionamiento o empaquetamiento para el transporte de los residuos.
    6. Verificación de la zona afectada y de la descontaminación.
    7. Transporte de los residuos.

Todas las actividades de retirada y descontaminación de asbesto siempre deben ser realizadas por empresas especialistas en trabajos de desamiantado ya que, por ley los trabajadores tienen que tener formación específica, así como los medios de seguridad pertinentes. Dichas empresas son las que asesoran y determinan si es preciso sustituir los materiales con amianto.

Normalmente, el amianto friable debe ser retirado con mayor inmediatez ya que, se rompe y desprende las fibras peligrosas con más facilidad. Asimismo, este es el primer paso a la hora de identificar los elementos con asbesto pues según sea friable o no, el método de trabajo y el coste de la retirada se ven afectados. Esto significa que a mayor peligrosidad, existe mayor complejidad técnica y mayores costes económicos debido a la alta exposición y formación que se necesita para realizar correctamente la retirada.

 

Amianto friable y no friable

De esta manera, se pueden distinguir dos tipologías de amianto, que determinan si hace falta o no retirar los materiales:

  • Amianto friable

Es el más peligroso ya que las fibras pueden desprenderse con facilidad al no estar unidas a otro material. Con una simple presión puede descomponerse en polvo y contaminar la zona por lo que siempre se recomienda retirarlo. Los elementos más comunes que contienen amianto friable son:

  1. Paredes de las edificaciones y su estructura metálica.
  2. Amianto trenzado.
  3. Juntas.
  4. Paneles aislantes.
  5. Prendas.
  • Amianto no friable

Es el que tiene más resistencia a romperse dado que está mezclado con otros materiales como son el cemento, la cola o las resinas. Además, esta tipología supone menos riesgo para la salud y debe ser evaluada para determinar si es necesario retirarlo o no. Los elementos más comunes con amianto no friable son:

  1. Placas onduladas de fibrocemento.
  2. Canalones.
  3. Depósitos.
  4. Conducciones de agua.
  5. Maceteros.
  6. Baldosas de vinilo.