¿Podemos encontrar amianto en las paredes de gotelé?

La palabra gotelé viene del francés goutte, gota. Esta técnica surge en la década de 1930, pero su momento culmen se dio, principalmente, entre 1970 y 1990. Durante estos años, miles de personas decoraron sus hogares con esta técnica y, hoy en día, se sigue manteniendo en muchos de ellos. Esto puede resultar ser un grave problema, principalmente porque el gotelé puede llegar a contener amianto

En España, este “boom” del gotelé se dio porque, al igual que ocurría en el resto de Europa, se estaba gestando el éxodo masivo de las zonas rurales a las grandes ciudades. Esto se tradujo en un crecimiento del mercado inmobiliario en un 40% y en miles de casas construidas rápidamente. Como consecuencia, el gotelé fue potencialmente utilizado, ya que era una técnica económica y permitía, a la vez, disimular desperfectos en las paredes. Asimismo, servía como aislante acústico, por lo que era capaz de absorber el sonido, reduciendo así el ruido en las viviendas. 

La presencia de amianto en el gotelé es un tema del que se ha informado poco. Es cierto que en algunas publicaciones norteamericanas sí se habla sobre la correlación entre ambos, pero en España parece ser un tema poco estudiado o publicado. No obstante, la falta de información no significa la inexistencia de un problema. Ya que el amianto se puede encontrar tanto en el gotelé, como en los paneles de yeso, en el revestimiento de tubos o en el aislamiento de un desván, entre otros. 

En el revestimiento de paredes, como puede ser el gotelé, la cantidad de amianto utilizada es del 5%. A primera vista puede parecer una cifra insignificante. Sin embargo, los estudios corroboran que por muy reducida que sea la exposición a las fibras de este material, siempre existe el riesgo de contraer enfermedades a causa de estas.

 

¿Cómo detectar si la pared tiene amianto?

Determinar la presencia de asbesto en el gotelé de nuestro hogar puede ser una tarea ardua. La principal forma de saberlo es corroborar si la vivienda fue construida antes de la prohibición del amianto en España en 2002. Si es así, las probabilidades aumentan, evidentemente. El problema reside en que el amianto en este tipo de situaciones no es visible, y por tanto indistinguible a simple vista. Al contrario que en las cubiertas de uralita o en las bajantes de fibrocemento, donde se puede obtener una idea preconcebida a simple vista. 

Por tanto, si queremos saber si el gotelé posee amianto deberemos solicitar a un laboratorio especializado que analicen una muestra. A través de la microscopía óptica o la electrónica, el laboratorio podrá determinar si hay, o no, presencia de fibras de amianto en el gotelé. En caso afirmativo, se tendrá que contratar a una empresa especializada en la retirada de amianto para eliminar este cancerígeno material. La ley prohíbe que cualquier persona lo manipule, ya que debe ser una empresa inscrita en el RERA (Registro de Empresas con Riesgo de Amianto) y homologada la lleve a cabo esta tarea. 

Nunca debe manipularse el amianto sin estar formado para ello ni protegido. Correr este riesgo supone exponernos a numerosas enfermedades cancerígenas derivadas de la inhalación de las fibras de amianto. Unas fibras que, a causa de su forma, pueden almacenarse en nuestro cuerpo sin posibilidad de que este las expulse. Por ello, nunca debemos manipular el gotelé con amianto por nuestra cuenta, sino contratar a expertos en esta materia.