Elementos cotidianos que no sabías que contienen amianto

El asbesto ha sido y es comúnmente usado en todo el mundo. Desde 1800 y hasta día de hoy, son muchos los países que hacen caso omiso a las graves consecuencias para la salud que puede conllevar este material, ya que es un mineral altamente cancerígeno cuya exposición puede provocar enfermedades tan graves como la asbestosis o el cáncer de pulmón.

Cuando oímos hablar de amianto pensamos en los tejados de Uralita repartidos por los polígonos industriales y casas de España, también en las tuberías o incluso en los depósitos de agua, pero ese material tan popular en la construcción durante las décadas de los 70 y 80 está presente en otros muchos lugares y objetos.

 

¿Dónde se usaba el amianto?

Muchos se hacen esta pregunta e incluso donde podemos encontrarlo hoy en día además de en las instalaciones anteriormente detalladas. Algunos de los productos que contienen asbestos son:

Partes de los vehículos. Desde turismos hasta excavadoras o vehículos de la construcción. Los embragues, las juntas, válvulas, revestimientos de la carrocería o las pastillas de frenos contenían amianto, siendo habitual todavía encontrarlo en estos elementos en países donde no está prohibido el uso y producción de objetos con amianto. En España, podemos encontrar sentencias contra algún fabricante de automóviles por la muerte de trabajadores que estaban expuestos a las fibras de asbestos.

Maceteros y jardineras. Aún muchos hogares conservan tiestos de macetas fabricados con este material, representando un riesgo para la salud.

Ascensores. El amianto se puede encontrar en varios puntos diferentes dentro de la estructura general de los ascensores. En los frenos, hechos por crisotilo, en los cuadros de maniobras, suelos, cubiertas o en la instalación eléctrica. 

Polvos talco. Los polvos de talco de la marca Johnson & Johnson fueron retirados del mercado por su composición en amianto, lo que ha ocasionado miles de casos de cáncer de ovarios en mujeres, que durante su niñez fueron usuarias de dicho producto. 

Utensilios de cocina. No sólo lo podemos encontrar en aislamientos, techos o suelos. Durante años, el crisotilo fue usado en hornos, calderas, planchas, tostadoras e incluso en guantes para horno y accesorios ignífugos.

Pequeños electrodomésticos. Encontramos amianto en elementos tan cotidianos como pueden ser estufas, fundas de planchas o secadores de pelo.

Textiles. Debido a la gran maleabilidad y sus características ignífugas, el amianto fue muy utilizado en textiles. Podemos imaginarnos grandes trajes elaborados por fibras de asbestos pensados para trabajar en situaciones de altas temperaturas, pero el amianto ha hecho aparición en otros sitios más inesperados como disfraces y vestuario en el cine o tv (Espinete, Espantapájaros de El mago de Oz), monos de pilotos de carreras, ropa para la cremación y si retrocedemos aún más en el tiempo, en armaduras para hombres y caballos. 

 

En definitiva, existe un patrón por el que estos productos son fabricados por asbestos; es un material manejable, ignífugo e incombustible, con muy poco desgaste, gran resistencia eléctrica y muy económico. Aunque existan esas ventajas, cabe seguir recordando, que se trata de una sustancia cancerígena que provoca gravísimas enfermedades y que gracias a la lucha de los/as afectados/as y de los avances en las investigaciones de las consecuencias negativas que causa este mineral, cada vez más países están prohibiendo su uso y comercialización.