Carcinógenos en el medio ambiente

En la Naturaleza, podemos encontrar elementos químicos y minerales con efecto nocivo en la salud humana. Entre los minerales más conocidos por este motivo se encuentra el asbesto, también llamado amianto, cuya patogenicidad es producida por su inhalación. El término asbesto hace referencia a un grupo de silicatos hidratados microcristalinos fibrosos de composición química variable. Este grupo de silicatos tiene la característica de que se separa fácilmente en fibras delgadas y fuertes, si bien los diversos tipos de fibras de asbestos difieren en cuanto a forma y durabilidad.
La mayor parte del asbesto procede de tres minerales:
• El crisotilo (asbesto blanco) es una forma fibrosa de la serpentina. Sus fibras son rizadas y pueden ser expulsadas con facilidad del organismo. Además, si se inhalan estas fibras, se descomponen en un periodo de tiempo estimado de un año, por lo que se considera que los riesgos para la salud humana son mínimos.
• La crocidolita (asbesto azul) cuenta con delgadas fibras en forma de varilla que pueden penetrar en el revestimiento pulmonar. Estas fibras no son fáciles de descomponer ni de expulsar del organismo, por lo que pueden permanecer en él de por vida.
• La amosita (asbesto marrón) cuenta con fibras con las mismas características que el asbesto azul.
Debido a sus características, tanto las fibras de crocidolita como las de amosita son patógenas por inhalación, pudiendo producir tres enfermedades pulmonares:
• Asbestosis: cicatrización del tejido que disminuye la capacidad pulmonar para absorber oxígeno.
• Mesotelioma: tumor raro que se desarrolla en el tórax o en el intestino.
• Cáncer de pulmón.
El radón y el cáncer
Otro elemento de origen natural con efecto cancerígeno es el radón. Este tiene su origen en la desintegración radiactiva de las trazas de uranio y torio presentes en casi todos los suelos. El radón es un gas incoloro, inodoro e invisible que emite partículas alfa durante su desintegración. Puesto que el periodo de semidesintegración del uranio es de 4.500 millones de años, el gas radón es un elemento que siempre vamos a tener presente en la Naturaleza. Los productos de desintegración del radón son sólidos radiactivos que se adhieren a las partículas de polvo, muchas de las cuales inhalamos. Durante una exposición prolongada a un ambiente con radón, se producirá alguna desintegración mientras el gas se encuentra en los pulmones, entrando así en contacto directo los productos radiactivos con el tejido pulmonar. El gas radón es una causa importante de cáncer de pulmón, tan sólo después del tabaquismo.
Una vez que se produce el radón en el suelo, se difunde por los pequeños espacios que quedan entre las partículas, alcanzando la superficie y disipándose en el aire. Este es el mayor problema que presenta el radón, la movilidad, ya que facilita su desplazamiento desde el lugar en el que se origina. Las principales fuentes de radón en los edificios y viviendas son los materiales empleados en su construcción y el suelo sobre el que se asientan, ya que el gas entra a través de los orificios y grietas en los suelos y las paredes de los sótanos.
La medida más eficaz para la reducción del nivel de radón en los espacios interiores es la ventilación. Asimismo, para evitar la migración de radón en una estructura, es conveniente sellar herméticamente las grietas y aberturas en la base del nivel más bajo de dicha instalación.