El uso del amianto en las naves industriales

A la hora de adquirir una nave industrial se deben tener en cuenta una serie de factores. Entre estos encontramos la ubicación de la nave, su proximidad con vías de transporte, etc. Pero, también, hay que valorar otros extremadamente importantes, como la contaminación del suelo industrial, es decir, si la nave posee aún amianto o no. A pesar de que este material fuese prohibido en España en el año 2002, se sigue encontrando en numerosas instalaciones porque no se ha llevado a cabo un plan de desamiantado nacional. Entre estas instalaciones encontramos las naves industriales.

El amianto fue potencialmente utilizado durante el siglo XX, especialmente en las últimas cuatro décadas. Debido a su bajo coste y a sus numerosas características, este material tuvo un sinfín de usos. Pero el más extendido fue mediante las placas de uralita (llamadas así debido a que la empresa Uralita S.A. era la que las comercializaba en España). Estas placas se siguen encontrando actualmente en numerosas naves industriales. Por ejemplo, en 2019 se estimaba que tan solo en Menorca había alrededor de 600.000 metros cuadrados de placas de uralita colocadas en cientos de naves industriales. Además, a este problema se le añadía el fin de la vida útil de este material, lo cual propicia la dispersión de las fibras que lo componen.

Asimismo, al problema de la finalización de la vida útil del amianto se debe añadir el de las condiciones climatológicas. Tal y como hemos presenciado en los últimos meses, debido al cambio climático se están generando fenómenos meteorológicos extremos. Filomena fue uno de dichos fenómenos, el cual provocó el derrumbe de numerosas naves industriales cuyas cubiertas eran de amianto. A causa del peso de la nieve y del deterioro de estas placas, cientos de naves acabaron en malas condiciones, lo cual generó una contaminación ambiental de fibras de amianto. Además, la retirada de los escombros es mucho más dificultosa que la retirada de una placa intacta, por lo que las labores de descontaminación de las naves se hicieron aún más complicadas.

Es por ello que antes de adquirir una nave industrial deberemos asegurarnos de que no posee amianto. Esto se puede conseguir solicitando un informe de identificación y evaluación de aquellos materiales que sean sospechosos de contener amianto. Esto será realizado por una empresa externa, las cuales llevarán a cabo la recogida del material que analizarán en laboratorios homologados. Asimismo, también se puede solicitar una medición ambiental para determinar si hay o no fibras de amianto suspendidas en el aire.

Lo complicado en estas situaciones es conseguir determinar en qué naves industriales hay presencia de amianto. No obstante, gracias al proyecto ley que obligará a las instituciones municipales a realizar un censo del amianto antes de 2023 y diseñar los planes para poder retirarlo, se conseguirá poseer un mapa del amianto. Este mapa, el cual deberá ser de carácter público, permitirá determinar en qué edificios públicos y privados hay amianto. Por tanto, al retirar este material se conseguirá evitar situaciones catastróficas como el derrumbe de cientos de naves industriales con placas de uralita en Toledo a causa de Filomena.