¿Había amianto en el Muro de Berlín?

La capital alemana ha sufrido muchos cambios a lo largo de su historia. Los sucesos más destacables tras la Segunda Guerra Mundial fue la construcción del famoso muro de Berlín, tanto en el momento de su construcción como en el de su derribo. Y es que, dicho muro supuso la separación de toda Europa, dirigida principalmente por las dos potencias mundiales de la época: Estados Unidos y la Unión Soviética. En concreto, Alemania se había convertido en dos países separados, por un lado la Alemania Occidental como República Federal de Alemania; y por otro lado, la Alemania Oriental como República Democrática Alemana.
La construcción del muro de Berlín se inició en el año 1961 para dividir el este (bajo el mando de la Unión Soviética) y oeste de esta ciudad (siguiendo las órdenes de Reino Unido, Francia y Estados Unidos) ya que se producían millones de migraciones desde el lado soviético hacia el otro. De esta manera, las autoridades comunistas ordenaron levantar un muro para evitar que la gente se marchara, levantándose de una forma muy rápida una división con un alambre de púas, lo que posteriormente sería una estructura permanente de bloques de cemento y hormigón, conformando definitivamente el Muro de Berlín, con una longitud de 155 kilómetros. De hecho, según el libro “Los fantasmas de Berlín” de Brian Ladd, el muro tenía un altísimo contenido de asbesto.
Las dos Alemanias separadas por el amianto


Esto se puede deber a que, por aquel entonces, Rusia era la mayor productora de amianto debido a sus minerías, extrayendo un total de 66.196.129 toneladas de fibrocemento, altamente utilizado en las construcciones, como pudo ser en el caso del Muro de Berlín. Por lo tanto, dicho levantamiento ha podido provocar una alta exposición al amianto durante un largo período de tiempo ya que el muro fue derribado en 1989 y aún siguen habiendo partes de él en la ciudad de Berlín, zonas que se han vuelto turísticas. Esto supuso y supone un gran riesgo para la población que construyó, escaló, derribó y que, actualmente, se hace fotos con el muro de Berlín, e incluso, se lleva un trocito de recuerdo.
Tras la desaparición de gran parte del muro, la capital alemana demandaba la presencia de arquitectos para forjar una nueva ciudad de Berlín. Lo que convirtió en hermosas cicatrices y monumentos conmemorativos algunos lugares de bombardeos. Asimismo, se decidió derribar algunos elementos propios de los dos bandos, como era el Palacio de la República (Palast der Republik), donde se desarrollaba la Cámara del Pueblo de la Alemania comunista, debido a su gran estructura de amianto. Este hecho se produjo entre 2006 y 2008, dejando en evidencia las construcciones de asbesto que había originado Rusia en territorio alemán.
En definitiva, el amianto lleva formando parte de nuestra historia desde hace mucho tiempo, haciendo daño a la salud de las personas desde antes de las grandes guerras y utilizándose como elemento constructivo en aquellos edificios y monumentos que tanto sufrimiento y pobreza han causado durante aquella etapa. De este modo, queda demostrado que Alemania ha sido una víctima más del amianto, un material tóxico que provoca diferentes consecuencias tras su exposición.