El amianto friable

El amianto es el nombre genérico que recibe un mineral que adopta la forma de fibras diminutas, alargadas, resistentes y flexibles. El amianto ha sido usado en muchos ámbitos gracias a sus propiedades, pero donde tuvo una mayor presencia fue en el sector de la construcción. Hasta el año 2002, cuando se prohibió su uso, este material se utilizó para hacer estructuras en los edificios (cubiertas, bajantes, depósitos), para proteger estructuras metálicas, como aislante térmico o como revestimiento acústico.
¿Qué es el amianto friable?
El concepto “amianto friable” se utiliza para describir cualquier material que está hecho con amianto y que, debido al paso del tiempo, condiciones meteorológicas o por manipulación humana, el material se seca y se vuelve tan débil que podría deshacerse solo con tocarlo. Una vez que llega a este punto, el material se vuelve completamente inestable, lo que provoca que sea fácil de quebrarse y ocurra algo tan peligroso para la salud y el medioambiente como puede ser la liberación de fibras de asbestos al aire.
En la composición del amianto friable no se encuentra ningún otro material, por lo que sus fibras al no estar “sujetas” pueden liberarse con suma facilidad.
Algunos ejemplos de amianto friable son: revestimientos acústicos, juntas, paneles aislantes, telas ignífugas, cordones o en el interior de depósitos y tuberías.
¿Qué diferencias existen entre el amianto no friable y el amianto friable?
Como se ha mencionado antes, en el amianto friable las fibras no están unidas por ningún otro material a diferencia del amianto no friable. En cambio, el amianto no friable está mezclado con materiales como el cemento, formando así el tan conocido fibrocemento, el cual fue fabricado y distribuido en nuestro país por la empresa Uralita S.A. En estos casos las fibras no se desprenden tan fácilmente, necesitando hacer una fuerza o presión mayor sobre los materiales.
Por lo que, la mayor diferencia entre ambos es la peligrosidad. Aunque todos los tipos de amianto son peligrosos, el amianto friable es el que más riesgos presenta debido a que sus fibras se desprenden con una gran facilidad.
Cómo retirar el amianto friable
Cuando se detecta un material con amianto friable, el primer paso es aislarlo por completo, ya que simplemente tocándolo puede desprender fibras al ambiente.
En una retirada de materiales con amianto friable, las medidas de seguridad deben ser máximas. Así como la retirada debe realizarse con extremo cuidado, también lo será la correcta elección del equipo de protección y la posterior descontaminación. Esto es debido a que, al manipular un elemento tan inestable, se desprenden muchas más fibras que en un trabajo con amianto no friable, haciendo que aumente el riesgo de inhalación.
Por esto, es vital que se encargue del proceso una empresa que cuente con todas las homologaciones y certificaciones obligatorias, no solo para llevar a cabo la retirada, sino para que realice una correcta descontaminación del lugar y posteriormente una adecuada gestión de los residuos.