¿Hay amianto en los ascensores?

El Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo reconoce que el amianto es una de los principales elementos constructivos que encontramos en España. Así mismo, la Federación Empresarial Española de Ascensores (FEEDA) comparte que el amianto puede estar presente dentro de los componentes de los ascensores. De hecho, se aplica principalmente como material de fricción (pastillas de freno) en estos.
A finales de noviembre de 2021, el periódico digital Córdoba Hoy daba la noticia de que el Ayuntamiento de Córdoba había aprobado destinar 4 millones para proceder a la retirada de amianto tanto de cubiertas como de ascensores los próximos años 2022 y 2023 en el barrio cordobés conocido como Santuario. Además, el Concejal de Urbanismo, Salvador Fuentes, destaca que estas actuaciones son de clara justicia social ya que hay mucha población viviendo bajo techos de amianto, algo altamente perjudicial para la salud.
¿En qué partes del ascensor puede haber amianto?
1. Frenos. En esta composición encontramos crisolito, más concretamente en las guarniciones de freno. Estas son las partes de la zapata que entra en contacto con el metal cuando se activa el freno.
2. Cuadros de maniobra. Es el componente desde el cual se controlan todas las acciones que ejecuta el ascensor. En este lugar es común encontrar amianto en los trenzados de cables o los aislantes, ya sean térmicos o acústicos.
3. Soportes o estructuras pequeñas que se ven expuestos a grandes temperaturas, así como aislamientos de cableados eléctricos.
4. Revestimientos o envolturas de botones de cabina, techos o suelos donde se busca la capacidad ignífuga del amianto.
5. Suelo de la cabina vinílicos.
6. Recubrimientos de puertas en las plantas de los edificios y en las cabinas del ascensor.
7. En el hueco y foso del ascensor. Es habitual encontrar este material como recubrimiento de las paredes o del foso.
8. Cubiertas o tapas de cerrojo.
9. Poleas. Más concretamente en las protecciones que llevan estas ante posibles accidentes que protegen que las personas introduzcan sus extremidades inequívocamente.
10. Antiguas puertas o máquinas parallamas. Eran unas cabinas de ascensor diseñadas para evitar la propagación del incendio durante un tiempo limitado. Por su característica de ignífugo se utilizaba en la composición el amianto.
11. En el recubrimiento de toda la instalación eléctrica en forma de canaleta.
De este modo, se demuestra la presencialidad de asbestos en ambientes normalmente utilizados por la población y por ello, aumenta el riesgo de exposición a este material declarado altamente perjudicial por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Y es que, como ya hemos comentado en otras ocasiones, este material es considerado cancerígeno de tipo I, provocando varias enfermedades principalmente por su inhalación (cáncer de pulmón, laringe, ovario, colon, etc).