¿Afecta el amianto a los cultivos?

Tal y como indica el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, los cultivos comprenden una superficie agraria de más de 23 millones de hectáreas en toda España, donde el 74% son de secano y el 26% de regadío. Además, destaca la agricultura herbácea y leñosa, siendo los olivos el principal cultivo leñoso con amplio terreno. Hoy en día, el sector de la agricultura junto con el de la ganadería, que van de la mano, representan un 3,4% del PIB español, la cifra más alta desde hace quince años. Y es que, ha sido una rama imprescindible durante la crisis sanitaria debido al COVID-19, que ha ocasionado un incremento en el consumo de alimentos y produciendo 35.196 millones de euros para la economía.
Tal y como señala el Ayuntamiento de Sevilla, los cultivos pueden verse afectados por el amianto, bien porque el agua que se deposita para su regadío proviene de tuberías de saneamiento compuestas por fibrocemento, o porque existan restos de uralita en las parcelas donde se germina la plantación. En concreto, se han encontrado restos de amianto en tierras de los huertos del Parque del Guadaíra, esto se debe a que los terrenos antiguamente fueron vertederos.
Asimismo, esto supone una exposición a dicho material tóxico que se asocia normalmente a la contaminación atmosférica tras su manipulación. Por lo tanto, el amianto afecta principalmente a las vías respiratorias causando a corto plazo irritaciones o asma y, a largo plazo enfermedades graves como el cáncer de pulmón o mesotelioma, enfermedad directamente relacionada después de una sobreexposición al asbesto. Asimismo, aparte de encontrarse en la atmósfera se determina que las fibras de amianto también terminan en los suelos y sistemas acuáticos, incrementando su dispersión y contaminando las fuentes de suministro tanto de agua potable como de alimentos.
¿Son comestibles los alimentos?
Respecto, a si es peligroso o no ingerir amianto bien sea a través del agua o algún alimento, los expertos apuntan a que ninguna exposición al asbesto es segura por lo que se recomienda evitar todo alimento posible que provenga de algún contacto con este material. Sin embargo, según la USEPA (Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos) se podría ingerir agua con amianto sin peligro si no contiene un determinado número de fibras de este. El problema ante esta posibilidad es que normalmente se desconoce el porcentaje de estas fibras en el agua, por lo que es mejor prevenir y evitar ingerir agua procedente de tuberías con amianto.
En cuanto a los cultivos con presencia de restos de uralita en el terreno, un estudio realizado por biólogos determina que el amianto es un material que no se disuelve con el agua. Por lo tanto, en el momento de humedecer las parcelas para regar la plantación el asbesto no influye negativamente, ya que no se transmite a los cultivos. Sin embargo, existen materiales que sí transmiten toxicidad a la cultivación como son los metales pesados. De todas formas, la solución óptima para recuperar la tierra 100% vegetal es extender una capa de 20 cm sobre la superficie contaminada por el amianto tal y como indica el Consistorio de Sevilla en el caso del Parque del Guadaíra.